¿PODEMOS ALTERNAR PARACETAMOL E IBUPROFENO EN LOS NIÑOS CON FIEBRE?

La fiebre en el niño.
La fiebre es un síntoma muy frecuente en los niños, siendo la principal causa de consulta pediátrica. Habitualmente se asocia fiebre con enfermedad infecciosa y esto preocupa enormemente a los padres.
En la mayoría de los casos, esta fiebre obedece a un proceso vírico, benigno y autolimitado que se resuelve en pocos días (habitualmente 2 o 3) sin secuela alguna para el niño.
La fiebre es un mecanismo de defensa natural del organismo ya que, cuando la temperatura del organismo aumenta hasta los 38-40ºC, se produce una mayor activación de los leucocitos así como dificulta la multiplicación de los virus y bacterias, favoreciendo de este modo que el organismo pueda vencerlos. Como efecto colateral de esas acciones se produce malestar y decaimiento debidos a la liberación de sustancias llamadas mediadoras de la inflamación como son las interleucinas.


Modo de acción de los antitérmicos.
Los antitérmicos son sustancias llamadas AINES (antiinflamatorios no esteroideos) cuyo modo de acción es fundamentalmente, bloquear la liberación de los mediadores de la inflamación, haciendo que ésta y la fiebre remitan, así como el dolor. Los más habitualmente empleados son la aspirina, el paracetamol y el ibuprofeno, aunque la aspirina no se recomienda hoy día en niños. De ellos, el paracetamol, por su parte sólo tiene efecto sobre la fiebre y el dolor pero no sobre la inflamación.

Si la fiebre es beneficiosa ¿por qué utilizamos fármacos contra la fiebre?
Efectivamente, la fiebre tiene efectos beneficiosos sobre la capacidad de defensa del propio organismo sobre los virus y bacterias que pueden atacarle. Sin embargo utilizamos los antitérmicos para contrarrestar el malestar que la fiebre nos produce, sin que, en la mayoría de los casos, se produzca problema alguno sobre nuestra respuesta a la infección ya que suelen ser procesos benignos y autolimitados donde nuestro sistema inmune aún con la interferencia de los antitérmicos no tiene problema alguno en vencer a la infección.

Cuando la fiebre es muy alta y cuesta que baje ¿se pueden alternar y combinar el ibuprofeno y el paracetamol?
Habitualmente y en relación a la capacidad para disminuir la fiebre, hay personas que reaccionan mejor al ibuprofeno y otras mejor al paracetamol, dependiendo de las condiciones de su propio organismo. En la mayoría de los casos, con la administración cada ocho o seis horas de uno de los dos antitérmicos, será más que suficiente para controlar la fiebre.
Sin embargo hay situaciones de fiebre en que ésta es muy elevada o asciende muy rápidamente, manteniendo al niño con fiebre a pesar de haber administrado ibuprofeno o paracetamol.
En estos casos es frecuente que nos preguntemos si pueden darse uno de ellos (por ejemplo paracetamol si se había dado ibuprofeno) a las 3-4 horas de haber dado el anterior. Ante esto solemos encontrar mensajes contradictorios incluso entre profesionales de la salud, recomendándolo algunos y desaconsejándolos otros.
Para contestar a esta pregunta vamos a fijarnos en lo que dice la Cochrane, que es un organismo encargado de buscar en la literatura médica la mejor evidencia científica disponible. En una publicación de 2014 nos indican que existe cierta evidencia que la alternancia de ibuprofeno y paracetamol puede ser más eficaz que utilizar uno sólo en algunas situaciones, si bien la evidencia disponible es escasa como para recomendar una pauta concreta.

En resumen.
Cuando nuestro hijo tenga fiebre podemos utilizar paracetamol o ibuprofeno como alivio de la misma. La elección de uno o de otro dependerá de si hay o no inflamación y de cuál es el que mejor alivia la fiebre en nuestro hijo, algo que deberemos valorar personalmente.
En caso de fiebre extremadamente persistente, podríamos utilizar una pauta alternante sabiendo que debemos respetar al menos tres horas entre cada antitérmico y no superar las dosis máximas por Kg de peso y, a ser posible, no usarlas en su mayor rango.
En caso de fiebre muy alta y persistente, especialmente si se acompaña de decaimiento, es razonable consultar con nuestro pediatra para que descarte que exista una causa que requiera un tratamiento adicional a los antitérmicos.
No debemos olvidar que la fiebre es un síntoma, no una enfermedad en sí, por lo que lo importante no es cuánta fiebre tiene, sino qué la provoca.

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